Dios les bendiga ricamente a todos. Les escribe su hermano en Cristo Paúl Torres.
Amados hermanos, es normal que haya momentos en los cuales nuestros líderes se cansen o se desanimen en el caminar por el desierto de la vida, puesto que ellos también son seres humanos igual que nosotros, con la única diferencia que ellos fueron llamados a ser los pastores de nuestras congregaciones.
Muchas veces en vez de ayudarlos, algunos hermanos lo que hacen es criticarlos, pero en este día te quiero poner un ejemplo a la luz de la palabra de Dios, para que lo imitemos. Levanta los brazos de tu pastor cuando esté cansado o desalentado por algo, dale una palabra de ánimo, ora por él, apóyalo incondicionalmente. El también necesita de ti, hay momentos en los cuales él se siente triste. Él también llora, solo que no lo hace delante de ti, pues él lo hace a solas delante de Dios en su cuarto.
Éxodo 17:9-12
"Y Moisés dijo a Josué: — Elige unos cuantos hombres y sal a luchar contra los amalecitas. Yo estaré mañana en lo alto del monte, empuñando la vara de Dios. Josué, obedeció a Moisés, y salió a combatir a los amalecitas. Entre tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a lo alto del monte. Y cuando Moisés tenía los brazos levantados, los israelitas dominaban en la batalla; pero cuando los bajaba, dominaban los amalecitas. Y como a Moisés se le cansaban los brazos, tomaron una piedra y se la pusieron debajo; Moisés se sentó en ella, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. De esta manera los brazos de Moisés permanecieron levantados hasta la puesta del sol".