Dios les bendiga amados hermanos, les saluda su hermano en Cristo Paúl Torres. En esta ocasión estaré dando está reflexión con la ayuda de Dios bajo el tema: Restaurando las murallas de tu corazón.
Reina-Valera 1960 Nehemías 4:1-3,6-11,13-20
“Precauciones contra los enemigos Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará. Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche. Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra. Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada uno a su tarea. Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa de Judá. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto a mí. Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros. En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros”.
Amados hermanos en esta ocasión el pueblo de Israel estaba pasando por una situación muy difícil en la etapa de sus vidas, ya que por haber pecado delante de Dios, él los había entregado en manos de sus enemigos, y ellos habían destruido la ciudad, habían destruido sus muros y los habían dejado en escombros.
Mientras el profeta Nehemías estaba sirviendo al gobierno de Persia, comandado por el rey Artajerjes, y estando Nehemías en el palacio del rey en Susa, llegó su hermano Hanani con unos varones de Judá, y él les pregunto cómo estaba la ciudad de Jerusalén y cómo estaban los judíos, es ahí donde le contestan que la ciudad estaba totalmente en ruinas, los muros caídos, las puertas quemadas, y la ciudad en escombros. Nehemías inmediatamente se entristece, y llora con mucho dolor en su corazón, fue ahí cuando el rey Artajerjes le preguntó qué le ocurría puesto que Nehemías era el copero del rey, dicho en otras palabras, era el hombre de confianza. En ese momento ideal él le contesto: “si he hallado gracias ante tus ojos oh Rey, permíteme viajar a la ciudad de mis padres y reedificar los muros de mi ciudad”. En ese momento Dios actúa en el rey y le dio el permiso, y aún le dio cartas para que las presentase a los gobernadores al otro lado del río para que al pasar no le obstruyeron el paso.
Amados amigos y hermanos en Cristo, un caso similar pasa en nuestras vidas. Cuando nosotros nacemos pasamos la etapa de la inocencia en los primeros seis años de nuestras vidas, los cuáles son la etapa del primer Adán, el hombre en el cual no peca en sus pensamientos, no hay maldad en su corazón, por lo cual al estar con un pensamiento puro y noble al ser un niño, como dijo Jesús, el que no se haga como un niño no entrará en el reino de los cielos, porque un niño no guarda rencor, un niño no dice mentiras, un niño es sincero, aún su sonrisa es una sonrisa de sinceridad, y es en esa etapa cuando las murallas de su corazón están bien protegidas. Luego comenzamos a crecer llegan 9, 10, 11, 12, años etcétera, y ya nuestras mentes comienzan a cambiar, comienzan a pensar malas cosas, vienen ideas las cuales van en contra de la voluntad de Dios, el enemigo comienza a minar nuestras mentes y comienza a traspasar las murallas que hay en nuestro corazón, y cuando llega la acción y comenzamos a ejecutar los pensamientos que llegaron a nuestras mentes, es ahí donde las murallas son derribadas y la maldad entra a nuestro corazón.
Dice la palabra de Dios que nosotros también somos una nación, cada uno de nosotros somos una nación, dice; “la palabra sois nación santa”, y si mi cuerpo es una nación, mi corazón es el templo de Dios, mi corazón es el atrio de este templo, en el cual cuando pecamos viene a quedar en escombros todo lo que había en él, pero luego Dios levanta un Nehemías que nos hable de la palabra de Dios. Mira lo que pasó en el pueblo de Israel, dice la palabra que Sanbalat se enteró de que el pueblo de Israel estaba construyendo el muro, y se puso furioso, y comenzó a burlarse de los judíos. Muchas veces va a pasar eso en tu vida cuando intentes venir a los pies de Cristo y cuando quieras cambiar de vida, muchos se van a levantar.
Estimado amigo, si todavía no has venido a los pies de Cristo y lo has pensado hacer, quiero que sepas que eso aún le ha pasado algunos que recién entraron a los caminos de Dios, muchos se han burlado de ellos. Si tú sigues la secuencia de ese capítulo te darás cuenta que la palabra de Dios dice que esos varones se burlaron y hablaron delante de sus compañeros para desanimarlos, y Sanbalat dijo: “¿que se traen entre manos esos pobres judíos, ¿creen que podrán reconstruir la ciudad y volver a ofrecer sacrificios?, ¿creen que podrán hacerlo en un día?, ¿piensan que de ese montón de escombros van sacar piedras nuevas?”.
Todo eso fue una señal de burla, y tal vez puedan decir eso de ti, talvez tus amigos, talvez familiares, y dirán: “¿crees tú que vas a sacar de ese montón de escombros piedras nuevas? o sea, ¿crees tú que vas a cambiar?, ¿crees tú qué vas a hacer diferente?”. Y te dirán: “no, aunque vayas a la iglesia, aunque te comas la Biblia, hagas lo que hagas siempre vas a ser el mismo”, y ésa va a ser una forma que el enemigo va usar para atacar tu mente, porque el primero que se va a levantar cuando decides venir a los pies de Cristo va a ser el enemigo de las almas, el cual es satanás, y él enviará a personas al igual que en Israel llegaron personas para desanimar al pueblo de Dios, van a llegar a ti para desanimarte.
Dice el versículo 3 del capítulo 4: “Tobías el amonita que estaba con él, añadió el muro que están edificando es muy débil, basta que se suba una zorra para que se caiga”. A ti te podrán decir: “basta que llegue diciembre para que te caigas, basta que alguien te insulte para que te caigas”, haciendo símbolo de que basta que una zorra se suba a tu muro para que se derrumbe, pero tú vas a demostrar en el nombre de Jesús, que aunque suba un camello, aunque suba un rinoceronte, por pesado que esté sea, tus murallas van a estar en pie, porque tú has edificado los cimientos en la Roca, la cual es Cristo, si ya estás en el camino de Dios, y si decidiste reedificar las murallas de tu corazón, si esto está pasando, que se están burlando de ti, estás haciendo escarnio de tu vida porque has decidido buscar de Dios.
Haz lo que hizo Nehemías, dice la palabra que oró a Dios, bendito sea Dios. Amigo o hermano que me lees, dice la palabra en el versículo 6, que a pesar de las críticas, las murmuraciones, que los enemigos hacían en contra de ellos, siguieron construyendo el muro y la gente trabajaba con gran entusiasmo, y el muro pronto estaba hasta la mitad de su altura, pero cuando Sanbalat y Tobías, los Árabes, los de Amón, y los de Asdod se enteraron de que la reparación del muro de Jerusalén seguía adelante, y que ya se estaban cerrando las partes caídas, se enojaron muchísimo, y todos juntos hicieron un plan para pelear contra ellos y desanimarlos, así que si ya se van cerrando esos portillos en tu vida, esas partes, esas grietas que hay en tu corazón, se van a levantar estos espíritus a incitar a otros, para que se enojen, para que te hagan la guerra, y para desanimarte.
No lo olvides que, aunque tú estés iniciando en el camino de Dios y todavía haya partes en tu vida en las cuales sientas qué son difíciles para ti, esos son los portillos que hay que cerrar. Una hermana nueva en el camino de Dios me decía: “no sé si pueda con este camino, pues tú me conocías que era bien mal hablada, y aun cuando estoy platicando se me salen las malas palabras”. Déjame decirte que desde el capítulo 1 en adelante nos habla de la reconstrucción de los muros de Jerusalén, y claramente nos dice que el muro fue reparado poco a poco, de esa misma forma las murallas de tu corazón que estaban destruidas y ahora se están restaurando poco a poco se van a ir reedificando, es poco a poco que vas a ir dejando las cosas pasadas, talvez te vaya costando, y tú mires de qué vas avanzando muy poco, pero lee lo que pasó con la reconstrucción de los muros de la ciudad de Dios la cual es Jerusalén, dice la palabra que fue poco a poco, así que no te desanimes si todavía hay cosas que te está costando dejar, poco a poco lo vas a lograr- Sigue adelante, en el nombre de Jesús lo lograrás.
Hay algo aquí en esta enseñanza bíblica que me gusta muchísimo, dice la palabra en el versículo 9: “entonces oramos a Dios y pusimos guardias de día y de noche para protegernos”. Hermanos, debemos orar y poner guardias para protegernos de día y de noche nuestras mentes y nuestros corazones, ponernos en guardia es vigilar. La palabra de Dios dice: “orad y velad para que no entréis en tentación”, y dice el versículo 10: “la gente de Judá se quejaba, ya no tenemos fuerza y los escombros son muchos, no podremos terminar de reparar los muros”. Hubo un momento en el cual el pueblo de Israel se desanimó, y dijeron que no podrían terminar de reparar los muros. Quizás tú al escuchar las murmuraciones, las críticas, los señalamientos malos en contra de ti, lleguen momentos en el cual te desanimes y pienses que no vas a poder reparar o reconstruir esos muros, esas murallas que van a proteger tu corazón de todo lo malo, pero mira lo que dice el versículo 11: “nuestros enemigos pensaban que no conocíamos sus planes, y que nos podrían atacar por sorpresa para matarnos, y así detenerla con la reconstrucción”. Acá podemos notar que no ignoramos las maquinaciones del enemigo, dice Nehemías, nuestros enemigos pensaban que no conocíamos sus planes y nos pensaban atacar por sorpresa, pero no pudieron, y dice el versículo 14, como vi que estaban preocupados me levanté, y les dije a los jefes, y a los gobernadores, y a todos los demás, no tengan miedo, recuerden que Dios es poderoso, y que ante el todos tiemblan, luchen por sus compatriotas, sus hijos, sus hijas, esposa y hogares.
Hermanos amados nosotros los líderes que estamos en esta comunidad, queremos darle ánimo a todos, yo en lo personal quiero animarte, quiero hacer el papel de Nehemías, en el nombre de Jesús, y te ánimo y te digo esas mismas palabras, no temas, levántate no tengas temor, no tengas miedo si hablan de ti, déjalos que hablen no importa lo que digan, después de todo lo importante no es lo que la gente piensa de ti, lo importante es lo que Dios piensa de ti, y Dios piensa si puedes, si lo puedes lograr, recuerda que Dios es poderoso y ante él todos tiemblan, así que lucha por tu vida, lucha por tu salvación. Dice el versículo 15: “cuando nuestros enemigos se enteraron de que conocíamos sus planes, reconocieron que Dios estaba de nuestra parte y entonces nosotros volvimos a trabajar en la reparación del muro”. Cuando tus amigos se enteren de que tú conoces los planes que ellos tienen, cuando los que te critiquen y te atacan se den cuenta que no pueden contigo, entonces dejarán de atacarte, dejarán de criticarte, dejarán de hablar mal de ti porque van a reconocer de que Dios está en tu vida, y que Dios ha hecho grandes cosas en ti, el versículo 19 dice: “pues yo le había dicho a los jefes y a los asistentes, y a todos los demás que el trabajo es demasiado y falta mucho por reconstruir, además estamos repartidos por todo el muro y lejos unos de los otros”. Así estamos repartidos nosotros, hermanos míos, en diferentes países, lejos unos de los otros, y el trabajo es grande, los muros de muchos corazones hay que reconstruirlos, y Nehemías dijo: “por eso sí nos atacan, al oír sonar la trompeta donde quiera que estén, corran ayudar, y nuestro Dios luchará por nosotros”. Cuando suene la trompeta, la voz profética acá en este lugar en la cual Dios nos ha puesto, corran, busquen, entren a la comunidad para oír palabra de Dios, y ayudarnos los unos a los otros y Dios peleará por nosotros, amén.
Dios les bendiga y les guarde.