jueves, 1 de octubre de 2020

La segunda venida de Cristo




Amados amigos y hermano en Cristo, Dios me los bendiga y me los guarde hoy, mañana y siempre. En esta ocasión estaré abordando el tema: El regreso o la segunda venida de Cristo.

Claramente vemos que se dará al terminar los 7 años de la Gran Tribulación, la cual iniciará después que el mismo Cristo se lleve a su iglesia en el arrebatamiento. Después de los 7 años, Jesús regresa con su pueblo y sus santos ángeles a la tierra, esa es la segunda venida en la cual todo ojo le verá.

Mateo 24:29 

“E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas.
30 Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.


Apocalipsis 1:7

“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
8 Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”.

Nueva Traducción Viviente Hechos 1:10-11

“Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos. «Hombres de Galilea —les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!»”.


Él viene con millares, en el cual viene su pueblo santo que ha sido redimido con su sangre.

 Judas 1:14

“De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares”.


Apocalipsis 19:11-14

“El jinete del caballo blanco Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”.

Cuando Jesús vino por primera vez, sus pies caminaron en Israel, es de ahí que sale el título de tierra santa, y cuando el regrese, ahí mismo pondrá sus pies, en el monte de los olivos, él y nosotros sus fieles. ¡Aleluya, al fin iré a la tierra santa con el Rey de reyes!.

Nueva Versión Internacional Zacarías 14:4-5

“En aquel día pondrá el Señor sus pies en el monte de los Olivos, que se encuentra al este de Jerusalén, y el monte de los Olivos se partirá en dos de este a oeste, y formará un gran valle, con una mitad del monte desplazándose al norte y la otra mitad al sur. Ustedes huirán por el valle de mi monte, porque se extenderá hasta Asal. Huirán como huyeron del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios, acompañado de todos sus fieles”.

Muchas veces se confunde este evento con el arrebatamiento, dado al tiempo tan corto que hay entre uno y el otro, y también se da porque en algunos capítulos, por ejemplo Mateos 24, en el mismo, si usted lo estudia minuciosamente se dará cuenta que habla de los dos temas en este mismo capítulo, pero la Biblia hace énfasis en que en la segunda venida habrán señales en el cielo, horas o minutos antes de que él aparezca en el cielo, y también dice que todo ojo le verá, y si alguien de repente mira que el sol se oscurece etc., obviamente se dará cuenta que el mesías llegó.


Mientras que en el arrebatamiento, en el mismo capítulo 24 de Mateo, nos dice que será como ladrón en la noche, nadie se dará cuenta, y nos habla que dos andarán en el campo, y de dos mujeres que estarán moliendo en un molino, uno será arrebatado y el otro se quedará, haciendo mención al que está preparado y al que no lo esté. Bendito sea el poderoso nombre de Jesús. Amén.

Dios les bendiga.